En los últimos años, el cambio climático asociado a la contaminación ha ocasionado que se mire con cierta preocupación la actividad minera. Una actividad que es fundamental y que genera un gran impacto económico en las regiones en las que se desarrolla, siendo una gran oportunidad para el desarrollo industrial y el empleo de calidad.
Ante todo, es importante señalar que no existen alternativas viables para sustituir a la minería y que, contrariamente a lo que pudiera pensarse, es un sector fundamental en el desarrollo de la llamada alternativa verde.
Actualmente el sector minero está llevando a cabo una evolución hacia lo que hoy se conoce como “minería sostenible”, enfrentándose al doble reto de reducir su huella ambiental y al mismo tiempo, producir más minerales -sobre todos los estratégicos- que se precisan para la llamada transición sostenible.
¿Qué es la Minería Sostenible?
Cuando hablamos de Minería Sostenible, según la definición del gobierno australiano, uno de los países más avanzados en la materia, nos referimos al “desarrollo de los recursos minerales, marítimos y energéticos de un país de una manera en la que se maximicen los beneficios económicos y sociales, al tiempo que se minimizan su impacto ambiental”.
«Ante todo, es importante señalar que no existen alternativas viables para sustituir a la minería…»
La minería es un sector fundamental en el desarrollo de la llamada alternativa verde.
Minerales en la transición sostenible
Como comentábamos al principio de este artículo (y señalan diferentes especialistas), está claro que una explotación más intensiva es imprescindible para sostener la transición energética y los objetivos sostenibles: la minería es un sector fundamental en la transición energética.
Por poner dos ejemplos: un coche eléctrico necesita hasta seis veces más cobre, litio, níquel, cobalto, manganeso, grafito, zinc y tierras raras que uno convencional. Una central eólica, hasta nueve veces más (sobre todo cobre y zinc) que una de gas natural. La demanda de tierras raras, advierte la Unión Europea (UE), podría multiplicarse por diez de aquí a 2050.
Según datos del sector, los ingresos acumulados entre 1999 y 2018 por minerales estratégicos como el cobre (clave en la electrificación global), el litio (componente básico de las baterías), el níquel y el cobalto rondaron los 3 billones de dólares. Pero de 2021 a 2040 llegarán a unos 13 billones. Sólo el litio pasaría de 18.000 millones de dólares de ingresos acumulados las dos pasadas décadas a casi 1,2 billones de dólares en 2040.
“Esos metales están presentes sin que lo sepamos en miles de productos —explicaba en una entrevista Roda-Robles, una de las investigadoras del proyecto Greenpeg (proyecto de minería avanzada financiado por la UE)—. Nadie quiere tener una mina cerca de casa y es algo un poco burgués: ‘A mí no me contamines, pero tráeme todo lo que necesite porque hace falta’”. Por lo tanto, según la experta, la minería que tiende a la sostenibilidad es estratégica hoy y lo será más en el futuro próximo.
Un coche eléctrico necesita hasta seis veces más minerales que uno convencional.
Avanzando hacia una minería sostenible
Los países productores y las grandes compañías no son ajenos a la preocupación ambiental. En este sentido, se han producido grandes avances en los últimos años. Regiones como Europa han aprobado leyes medioambientales que han precipitado el cierre de explotaciones carboníferas y obligan a las compañías a depositar fianzas para asegurar la recuperación de terrenos. Países como Australia, Canadá, Chile o Perú han adoptado diferentes medidas. Por ejemplo, la inversión en tecnología de eficiencia energética para reducir la huella de carbono en todos los procesos, la gestión eficiente de los recursos hídricos, medidas de economía circular para residuos como escorias y estériles.
La minería sostenible es un compromiso del sector minero y una proceso en marcha y que cada vez avanzará más en el reto de producir más e impactar menos. La maduración tecnológica y científica del sector sin duda ayudará a cabo la renovación tecnológica en la minería del siglo XXI.
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